En 1955, durante un viaje como asesor de las Naciones Unidas, el economista alemán E.F. Schumacher viajó a Birmania y desarrolló el concepto de “economía budista” basándose en ésta filosofía así como su interacción social en el pueblo birmano. El ensayo denominado La economía budista, publicado por primera vez en 1966 fue posteriormente publicado en 1973 en el libro Lo pequeño es hermoso; la economía como si la gente importara1. En este ensayo Schumacher retoma la creencia budista de que todos los seres deben hacer el bien para poder incrementar su propio desarrollo y el de su comunidad. Después de la publicación de dicho ensayo, universidades mundiales comenzaron hacer trabajos y estudios acerca de éste concepto, como el Centro de Estudios Empresariales de Valencia, la Universidad de California Los Ángeles y la Universidad de Berkeley.
El Budismo es una tradición filosófica no teísta de origen hindú que data del año 2500 A.C.2 A pesar de que en occidente se le considere una religión, los especialistas como Robert Thurman señalan que el budismo es “una filosofía de vida laica que enseña cómo manejar las situaciones de la vida cotidiana para tener una vida más plena”3. Su iniciador, Siddhartha Gautama (llamado “El buda” que significa “el que está despierto o el iluminado”) sostenía que el fin del sufrimiento era el desarrollo de ocho aspectos que llamó el “Noble Óctuple Sendero”4 en el cual se incluye el “Medio de Subsistencia Correcto”. Este precepto dicta que un seguidor de la enseñanza budista no debe ganarse la vida a través de acciones que dañen directa o indirectamente a algún ser vivo, estas acciones incluyen:
Por lo tanto, una sociedad que se maneje en términos budistas debe tener también una ética que la lleve al sano desarrollo material. La condición de filosofía laica es una característica que puede llevar a estos preceptos a ser adaptados a una comunidad multicultural y multireligiosa ya que coincide con los valores éticos que las diversas tradiciones religiosas, así como caminos ateos humanistas más recientes, y no obliga que el practicante de estos preceptos tenga una creencia teísta definida.
Siddhartha también expuso en sus discursos (recopilados en el Canon Pali5) el camino medio donde dice que una persona debería procurar seguir el camino medio entre la opulencia y la pobreza, el materialismo y el idealismo, siempre anteponiendo un claro análisis de aquello que es más beneficioso para la persona en sí y para el mundo en que vive. Es importante también que las personas tengan satisfactores que no sean puramente materiales, ya que eso genera consumismo y a su vez problemas de falta de ética causadas por la avaricia de obtener más recursos materiales o poder en la sociedad. En palabras del mismo Buda “la felicidad última y absoluta es aquella que emerge del propio ser, sin necesidad de motivos. La felicidad última y absoluta es ser feliz a pesar de las circunstancias y no a causa de éstas”6.
Esto no significa, sin embargo, sostener una postura abnegada ante los problemas sociales o naturales que se presenten sino mantener una actitud de autocontrol donde los problemas, situaciones y características de la vida cotidiana no afecten emocionalmente a la persona. Así, partiendo de éste autocontrol emocional se pueden encontrar soluciones objetivas. Como declaró el ex secretario de las Naciones Unidas y ganador del Premio Nobel de la Paz 2001 Kofi Annan: “la causa de muchos problemas mundiales […] es que las naciones no han logrado hacer a un lado sus emociones y encontrar soluciones basados en los hechos y evidencias reales”7.
Podemos observar que en las sociedades modernas los países con mayor desarrollo económico (Estados Unidos, Japón) son también los que tienen mayores problemas de suicidios, depresión y problemas de salud generados por el estrés8, y aquellos países con un modo de vida más sencillo como Costa Rica, Finlandia y Canadá son los que tienen sus indicadores de felicidad más altos, según las Naciones Unidas.
Los problemas que padecen los países altamente industrializados no han sido totalmente solucionados ya que no se ven como algo que afecte directamente el desarrollo económico y muchas veces se le ha considerado al estrés una condición que aumenta la competitividad y la productividad laboral. Lo que se considera deseable en la economía moderna es mantener altos los niveles de productividad, de exportaciones y de generación de empleos. Dicho de otro modo, se ha sacrificado el bienestar de las personas en pro del materialismo.
Sin embargo, la analista financiera y empresarial Patricia Aburdene ha expuesto en su libro Megatendencias 2010: el surgimiento del capitalismo consciente 8 que cuando una organización satisface las necesidades de trascendencia, bienestar y autocontrol de sus integrantes a la vez que bajan los niveles de estrés, de problemas entre trabajadores y accidentes laborales disminuye, la productividad y utilidades de la organización van en aumento. Esta es una mega tendencia que están adoptando muchas empresas multinacionales como Google y Starbucks están adaptando a su modelo de negocios.
La importancia que se le dio al ensayo escrito por Schumacher alcanzo tal importancia a nivel internacional que el mismo gobierno de Bután, cuya cultura está influenciada por el budismo, incorporó en 1972 a sus indicadores tradicionales de desarrollo económico la “Felicidad Interna Bruta” (FIB)9 el cual es un indicador que integra no solamente aquellos elementos considerados por la econometría tradicional, El FIB sostiene que el verdadero desarrollo de una nación se encuentra en complementar los valores materiales y los espirituales. Las cuatro áreas que abarca el FIB son: el desarrollo socioeconómico sustentable, la promoción de valores, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno. Esto se obtiene tomando en cuenta valores cualitativos y fenomenológicos de la experiencia de la población.
Así mismo el budismo tiene un carácter ecológico ya que se considera a todo ser vivo (incluidos animales, plantas y árboles) dignos de respeto y cuidado ya que tienen la misma naturaleza que los seres humanos. En las tradiciones budistas es una práctica constante plantar nuevos árboles cada determinado tiempo y cuidar la preservación de las especies. Se dice, pues, que el mundo está interconectado y que cuando se afecta a la más mínima de los seres que lo integran se está afectando a todos los demás10. Esto relevante observando la mecánica de la economía y del comercio internacional donde los problemas de una nación afectan directamente a la economía de las demás. Un claro ejemplo es la crisis mundial que hasta ahora se está viviendo. En un panorama mundial donde los problemas ambientales están afectando directamente la calidad de vida de las personas es necesario que exista un pensamiento económico que tome con seriedad el cuidado sustentable de todo aquello que exista en el planeta. En palabras del ex vicepresidente de los Estados Unidos, y ganador del premio noble de la paz 2007, Al Gore: “el mundo es el que nos da dinero. Es por eso que nos estamos acabando al mundo. Pero si no existe un mundo, ¿de dónde vamos a existir nosotros?”11. Al Gore expresa también que si no se le da una nueva dirección a la humanidad y a las normas y criterios que la rigen la crisis tanto natural como social será inminente.
La dignificación del trabajo es también un tema muy importante. En las sociedades regidas por un modelo de capitalismo utilitarista, el trabajo se ha visto como un mal necesario y los trabajadores se consideran máquinas que fabrican objetos. Si bien se han desarrollado diversas teorías administrativas que tratan de darle al trabajo elementos humanistas, la satisfacción y plenitud de los trabajadores nunca se ha considerado un tema importante.
En el budismo, el trabajo dignifica a las personas y puede resultar ser un camino para la plena autorrealización de los individuos. Las prácticas budistas llevan al practicante a concentrar su atención en el trabajo, encontrando los puntos y procesos en los que se pueda mejorar. Así mismo, el trabajo tiene un sentido de integración con el mundo; la labor de un trabajador no es solamente la fabricación de un producto o brindar un servicio, es ayudar a la humanidad a su sano desarrollo. El obrero que fabrica un tornillo no está solamente haciendo un tornillo; está ayudando a la fabricación de una silla de ruedas, de un aparato médico o la construcción de una escuela.
El budismo aplicado a la economía da una nueva perspectiva que, pese a ser desarrollado hace más de cuarenta años, sigue teniendo respuestas vigentes para los problemas de hoy en día. Inclusive pareciera que la adaptación de esta idea se vuelve más importante ante la complejidad que han desarrollado los problemas clásicos de la humanidad.
Bibliografía
1. Schumacher, E.F. Lo pequeño es hermoso: la economía como si la gente importara. Editorial H Blume. España; 2001.
2. Conze, Edward. Breve historia del budismo. Alianza Editorial. Madrid; 1993.
3. Thurman, Robert. Inner Revolution: Life, Liberty, and the Pursuit of Real Happiness. Penguin. Estados Unidos; 1999
4. Blanco, Alberto. El Dhammapada. El camino de la verdad. Fondo de Cultura Económica. Madrid: 2005.
5. Thomas, E.J. El camino al nirvana; una colección de textos del Canon Pali. Editorial EDAF. Madrid; 1997
6. Aranau, Juan. Fundamentos de la vía media. Traducción directa del sánscrito. Ediciones Siruela. Madrid: 2004
7. Frängsmyr , Tore. The Nobel Prizes 2001. The Nobel Foundation. Estocolmo; 2002.
8. Aburdene, Patricia. Megatendencias 2010; el surgimiento del capitalismo consciente. Grupo editorial Norma. Bogotá; 2006.
9. Andrews, Susan. The kingdom of happiness. Gross National Happiness- Movement. Org. 2007. http://www.gnh-movement.org/followup_detail.php?id=123
10. Lenoir, Frederic. El budismo en Occidente. Seix Barral. Madrid; 2000
11. Gore, Al. Una verdad incómoda: la crisis planetaria del calentamiento global y cómo afrontarla. Editorial GEDISA. Madrid; 2007
El Budismo es una tradición filosófica no teísta de origen hindú que data del año 2500 A.C.2 A pesar de que en occidente se le considere una religión, los especialistas como Robert Thurman señalan que el budismo es “una filosofía de vida laica que enseña cómo manejar las situaciones de la vida cotidiana para tener una vida más plena”3. Su iniciador, Siddhartha Gautama (llamado “El buda” que significa “el que está despierto o el iluminado”) sostenía que el fin del sufrimiento era el desarrollo de ocho aspectos que llamó el “Noble Óctuple Sendero”4 en el cual se incluye el “Medio de Subsistencia Correcto”. Este precepto dicta que un seguidor de la enseñanza budista no debe ganarse la vida a través de acciones que dañen directa o indirectamente a algún ser vivo, estas acciones incluyen:
"comerciar armas letales, bebidas intoxicantes, venenos, matar animales, Comerciar con humanos, tales como comercio de esclavos y prostitución, corrupción, estafas, engaños, robos, intrigando, persuadiendo, insinuando, subvalorando, [y] persiguiendo ganancias con ganancias [usura]”4
Por lo tanto, una sociedad que se maneje en términos budistas debe tener también una ética que la lleve al sano desarrollo material. La condición de filosofía laica es una característica que puede llevar a estos preceptos a ser adaptados a una comunidad multicultural y multireligiosa ya que coincide con los valores éticos que las diversas tradiciones religiosas, así como caminos ateos humanistas más recientes, y no obliga que el practicante de estos preceptos tenga una creencia teísta definida.
Siddhartha también expuso en sus discursos (recopilados en el Canon Pali5) el camino medio donde dice que una persona debería procurar seguir el camino medio entre la opulencia y la pobreza, el materialismo y el idealismo, siempre anteponiendo un claro análisis de aquello que es más beneficioso para la persona en sí y para el mundo en que vive. Es importante también que las personas tengan satisfactores que no sean puramente materiales, ya que eso genera consumismo y a su vez problemas de falta de ética causadas por la avaricia de obtener más recursos materiales o poder en la sociedad. En palabras del mismo Buda “la felicidad última y absoluta es aquella que emerge del propio ser, sin necesidad de motivos. La felicidad última y absoluta es ser feliz a pesar de las circunstancias y no a causa de éstas”6.
Esto no significa, sin embargo, sostener una postura abnegada ante los problemas sociales o naturales que se presenten sino mantener una actitud de autocontrol donde los problemas, situaciones y características de la vida cotidiana no afecten emocionalmente a la persona. Así, partiendo de éste autocontrol emocional se pueden encontrar soluciones objetivas. Como declaró el ex secretario de las Naciones Unidas y ganador del Premio Nobel de la Paz 2001 Kofi Annan: “la causa de muchos problemas mundiales […] es que las naciones no han logrado hacer a un lado sus emociones y encontrar soluciones basados en los hechos y evidencias reales”7.
Podemos observar que en las sociedades modernas los países con mayor desarrollo económico (Estados Unidos, Japón) son también los que tienen mayores problemas de suicidios, depresión y problemas de salud generados por el estrés8, y aquellos países con un modo de vida más sencillo como Costa Rica, Finlandia y Canadá son los que tienen sus indicadores de felicidad más altos, según las Naciones Unidas.
Los problemas que padecen los países altamente industrializados no han sido totalmente solucionados ya que no se ven como algo que afecte directamente el desarrollo económico y muchas veces se le ha considerado al estrés una condición que aumenta la competitividad y la productividad laboral. Lo que se considera deseable en la economía moderna es mantener altos los niveles de productividad, de exportaciones y de generación de empleos. Dicho de otro modo, se ha sacrificado el bienestar de las personas en pro del materialismo.
Sin embargo, la analista financiera y empresarial Patricia Aburdene ha expuesto en su libro Megatendencias 2010: el surgimiento del capitalismo consciente 8 que cuando una organización satisface las necesidades de trascendencia, bienestar y autocontrol de sus integrantes a la vez que bajan los niveles de estrés, de problemas entre trabajadores y accidentes laborales disminuye, la productividad y utilidades de la organización van en aumento. Esta es una mega tendencia que están adoptando muchas empresas multinacionales como Google y Starbucks están adaptando a su modelo de negocios.
La importancia que se le dio al ensayo escrito por Schumacher alcanzo tal importancia a nivel internacional que el mismo gobierno de Bután, cuya cultura está influenciada por el budismo, incorporó en 1972 a sus indicadores tradicionales de desarrollo económico la “Felicidad Interna Bruta” (FIB)9 el cual es un indicador que integra no solamente aquellos elementos considerados por la econometría tradicional, El FIB sostiene que el verdadero desarrollo de una nación se encuentra en complementar los valores materiales y los espirituales. Las cuatro áreas que abarca el FIB son: el desarrollo socioeconómico sustentable, la promoción de valores, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno. Esto se obtiene tomando en cuenta valores cualitativos y fenomenológicos de la experiencia de la población.
Así mismo el budismo tiene un carácter ecológico ya que se considera a todo ser vivo (incluidos animales, plantas y árboles) dignos de respeto y cuidado ya que tienen la misma naturaleza que los seres humanos. En las tradiciones budistas es una práctica constante plantar nuevos árboles cada determinado tiempo y cuidar la preservación de las especies. Se dice, pues, que el mundo está interconectado y que cuando se afecta a la más mínima de los seres que lo integran se está afectando a todos los demás10. Esto relevante observando la mecánica de la economía y del comercio internacional donde los problemas de una nación afectan directamente a la economía de las demás. Un claro ejemplo es la crisis mundial que hasta ahora se está viviendo. En un panorama mundial donde los problemas ambientales están afectando directamente la calidad de vida de las personas es necesario que exista un pensamiento económico que tome con seriedad el cuidado sustentable de todo aquello que exista en el planeta. En palabras del ex vicepresidente de los Estados Unidos, y ganador del premio noble de la paz 2007, Al Gore: “el mundo es el que nos da dinero. Es por eso que nos estamos acabando al mundo. Pero si no existe un mundo, ¿de dónde vamos a existir nosotros?”11. Al Gore expresa también que si no se le da una nueva dirección a la humanidad y a las normas y criterios que la rigen la crisis tanto natural como social será inminente.
La dignificación del trabajo es también un tema muy importante. En las sociedades regidas por un modelo de capitalismo utilitarista, el trabajo se ha visto como un mal necesario y los trabajadores se consideran máquinas que fabrican objetos. Si bien se han desarrollado diversas teorías administrativas que tratan de darle al trabajo elementos humanistas, la satisfacción y plenitud de los trabajadores nunca se ha considerado un tema importante.
En el budismo, el trabajo dignifica a las personas y puede resultar ser un camino para la plena autorrealización de los individuos. Las prácticas budistas llevan al practicante a concentrar su atención en el trabajo, encontrando los puntos y procesos en los que se pueda mejorar. Así mismo, el trabajo tiene un sentido de integración con el mundo; la labor de un trabajador no es solamente la fabricación de un producto o brindar un servicio, es ayudar a la humanidad a su sano desarrollo. El obrero que fabrica un tornillo no está solamente haciendo un tornillo; está ayudando a la fabricación de una silla de ruedas, de un aparato médico o la construcción de una escuela.
El budismo aplicado a la economía da una nueva perspectiva que, pese a ser desarrollado hace más de cuarenta años, sigue teniendo respuestas vigentes para los problemas de hoy en día. Inclusive pareciera que la adaptación de esta idea se vuelve más importante ante la complejidad que han desarrollado los problemas clásicos de la humanidad.
Bibliografía
1. Schumacher, E.F. Lo pequeño es hermoso: la economía como si la gente importara. Editorial H Blume. España; 2001.
2. Conze, Edward. Breve historia del budismo. Alianza Editorial. Madrid; 1993.
3. Thurman, Robert. Inner Revolution: Life, Liberty, and the Pursuit of Real Happiness. Penguin. Estados Unidos; 1999
4. Blanco, Alberto. El Dhammapada. El camino de la verdad. Fondo de Cultura Económica. Madrid: 2005.
5. Thomas, E.J. El camino al nirvana; una colección de textos del Canon Pali. Editorial EDAF. Madrid; 1997
6. Aranau, Juan. Fundamentos de la vía media. Traducción directa del sánscrito. Ediciones Siruela. Madrid: 2004
7. Frängsmyr , Tore. The Nobel Prizes 2001. The Nobel Foundation. Estocolmo; 2002.
8. Aburdene, Patricia. Megatendencias 2010; el surgimiento del capitalismo consciente. Grupo editorial Norma. Bogotá; 2006.
9. Andrews, Susan. The kingdom of happiness. Gross National Happiness- Movement. Org. 2007. http://www.gnh-movement.org/followup_detail.php?id=123
10. Lenoir, Frederic. El budismo en Occidente. Seix Barral. Madrid; 2000
11. Gore, Al. Una verdad incómoda: la crisis planetaria del calentamiento global y cómo afrontarla. Editorial GEDISA. Madrid; 2007
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